El indio y la reina

Paul Chiasson/AP

La reina de Inglaterra está de visita en Canadá, en la imagen se puede ver sentada a la monarca junto con el jefe de la tribu, Alphonse Bird, durante su visita a la First Nation University en la ciudad de Regina.

El grado de desarrollo de un pueblo, nación o país se mide - en cierta medida - por el respeto a las minorías y en los países más jóvenes, también por el reconocimiento de sus errores con sus pobladores autóctonos.

Canadá es actualmente una monarquía constitucional en el seno de la Commonwealth británica. La reina está represenada por una gobernador general, aunque a título meramente honorífico.

Los canadienses han asumido la responsabilidad del trato dado durante años a sus primeros pobladores, comunmente denominados "indios". Los autóctonos disfrutan de enormes ventajas fiscales y de un reconocimiento como ciudadanos de pleno derecho. Tienen derecho a ser un "indio inscrito" y en tanto que inscrito, tiene derecho a vivir en una de las más de 2.300 reservas existentes en la actualidad y que acarrea ventajas como exenciones fiscales a los ingresos obtenidos en la reserva, la exención de algunos impuestos provinciales, asistencia sanitaria gratuita, subvenciones para vivienda y para los estudios posteriores al bachillerato.

Aunque desde nuestra ignorancia nos parezcan todos los indios iguales: morenos, sin vello y con plumas hay multitud de grupos étnicos bajo esa denominación: los cri, los attikamek, los algonquinos, los abenaki, los melecite, los micmac, los naskapoi y los montagnais dentro de las naciones algonquinas; los hurones y los mohawk pertenecientes a las naciones iroquesas.

Y ahora... no me digan que el indio de la foto con su atuendo de gala no está estupendo. Propongo formalmente el cambio del sentido castizo de "hacer el indio" como sinónimo de hacer tonterías, por "ir como un indio" para referirse a aquel sujeto que luzca una serena elegancia.

Palabra de Diez Osos.