Un atisbo de sensatez

La repetición abusiva, sistemática y acéfala de una actividad se convierte normalmente en un absurdo, cuando no degenera en una estupidez. La lectura del Quijote es un claro ejemplo.

Rafael Sánchez Ferlosio parece que involuntariamente se ha convertido en los últimos tiempos en uno de los personajes que más cordura y sensatez aporta a este país. Ya lo había hecho con motivo de la utilización de las diferentes lenguas ibéricas en el Parlamento, y vuelve a hacerlo con motivo de la necia y caricaturesca lectura del Quijote.

El último ganador del Premio Cervantes dijo que el Quijote «no es un santo al que rezarle novenas, y ese acto es una novena». El escritor calificó el acto de Pantomima y dijo que «si interviniera, me sentiría ridículo y me daría la risa».

Los que no se reirán en absoluto y lo leerán con todo boato serán Esperanza Aguirre, María Teresa Fernández de la Vega, Elena Salgado, José Antonio Alonso, Carmen Chacón y Paco Frutos. Políticos representativos de todo el arco parlamentario desempeñando un memo ejercicio retórico.

Pero la lectura de más talante, que no talento, será la del presidente del gobierno, que ya en el último debate del Estado de la Nación en el que intervino como líder de la oposición, amenazó con que el Quijote sería su referencia en política cultural.

Y lo peor...es que parece que no mentía.