miércoles, abril 20, 2005

It´s the end of the world...

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Hay muchas señales que nos indican que el mundo se va al garete: la más clara es que Aznar lleva dos libros en menos de un año. Su resentimiento hacia el clan Rubalcaba o hacia la Sociedad Española de Radiodifusión puedo entenderlo, pero qué coño le habrá hecho la literatura a este hombre.

Afortunadamente, lejos quedan aquellos tiempos en que el ínclito Sánchez Dragó interrogaba al suegro de Alejandro Agag sobre sus gustos literarios. El renacentista hablaba catalán y leía a Cernuda: derroche de sensibilidad que contrasta con el grotesto y extravagante mal gusto que tuvo al casar a su hija.

Pero centrémos el tema: el mundo llega a su fin.

Digital Plus hoy a las diez de la noche estrena el documental "Cuatro maneras de acabar con el mundo (End Day)", basado en recreaciones científicas que muestran cuatro catástrofes que, de ocurrir, podrían afectar gravemente al planeta y a nuestras vidas.


El primero de ellos está producido por un gigantesco tsunami que se origina en las islas Canarias debido a un movimiento de tierras en la isla de La Palma: la superola afecta a la costa Este de EE.UU., ofreciendo espectaculares imágenes del agua que atraviesa Manhattan.

El segundo fenómeno devastador lo protagoniza un enorme meteorito que va a impactar con la tierra. A pesar de tomar medidas de protección para evitar la catástrofe, los mísiles que son lanzados para desviar la trayectoria del meteorito lo dividen en trozos que caen amenazando a la población de Berlín.

En la tercera historia, un virus mortal amenaza Gran Bretaña y, entre otras medidas, el país se ve forzado a cerrar sus fronteras y los habitantes, a encerrarse en sus casas.

El último y más apocalíptico final se produce debido a un error humano en el acelerador de partículas, que provoca una explosión nuclear que acaba con todo el planeta.

La BBC ha echado las casa por la ventana para que podamos recrearnos con ficticios informativos de la cadena que dan las fatales noticias, veremos desfilar carros de combate por delante del Parlamento de Londres, Nueva York siendo devastada por olas gigantes y a la gente salir huyendo de Berlín.

Así que prepárense para ver espectaculares imágenenes generadas por ordenador como en aquella película del tsunami loco sobre Manhattan pero sin tener que tragarse los restantes 120 minutos de estúpido argumento, blandita historia de amor incluida.