Rafael Sanchez Ferlosio, el sabio
No sé en qué diario he leído esta semana que el presidente del Gobierno había desautorizado al de las Cortes, señor Marín, al reprocharle que hubiese revocado la regla que permitía a los diputados de lenguas no castellanas anteponer a sus intervenciones algo así como exordios en su propia lengua. Es posible que «desautorizar» se haya dicho por la mayor jerarquía del presidente del Gobierno sobre el de las Cortes, pero la jerarquía no coincide siempre con la autoridad, y aquí el señor Rodríguez Zapatero ha esgrimido una frase que comporta un uso totalmente fraudulento de la lengua castellana, particularmente con los posibles valores del plural. Con el semantema «lengua» el plural no admite más que un valor distributivo, y al decir, como él ha dicho, «las lenguas están hechas para entenderse» no cabe otra interpretación correcta que la de «cada una de ellas para entenderse sus hablantes entre sí»; nunca «para entenderse una lengua con otra», lo que es palmariamente falso: el latín no está hecho para entenderse con el griego. Cuando hablantes griegos y romanos hubiesen querido entenderse, o bien habrían recurrido, para comunicaciones muy elementales, al lenguaje de los gestos, pues los demostrativos manuales tienen un ámbito de comunidad intelectiva mucho mayor que las lenguas orales, o bien a un intérprete que supiese ambas lenguas, o bien a una tercera lengua por ambos conocida.
Tal vez las intenciones del señor Zapatero se hayan dejado llevar, en este punto, por eso que tiene hoy tanto predicamento y que llaman «inteligencia emocional» (que yo no acabo de entender lo que es), para la que, como en un nuevo Pentecostés, hasta las lenguas mismas pueden llegar a entenderse, lengua a lengua, lingüísticamente entre sí. Tal vez el señor Marín se haya quedado un tanto anticuado, obsoleto, a este novedoso respecto, y siga pensando que el Parlamento no está hecho para tramitar emociones, sino asuntos, y que para esta función la vía práctica es servirse de una koiné, como es, en este caso, al menos por ahora, el castellano.
Rafael Sánchez Ferlosio. Madrid.
(Abc, cartas al director, 12 de marzo del 2005)
Extraido de arcadi.espasa.com
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