China (y 3): el eje se está desplazando

Otra consecuencia del desarrollo económico chino es el desplazamiento que se está produciendo del eje de influencia Atlántico al Pacífico.

El Atlántico ha sido el eje de desarrollo mundial en el siglo XX: político, económico y social. Pero el eje se desplaza.

La incorporación de China e India a la modernidad (más de un tercio de los habitantes de la tierra son indios o chinos), la estabilización económica de los tigres asiáticos, las reivindicaciones geopolíticas de los grandes países de la región, el pobre crecimiento europeo, el insostenible estado de bienestar tal y como había sido concebido, los problemas de ensamble político ante un probable No francés a la Constitución Europea y la creciente brecha económica entre Estados Unidos y Europa, son factores que están resultando claves para la creciente sustitución de un eje por el otro.

El proceso que se espera para las grandes países asiáticos es similar al experimentado por Corea en los últimos años: empezaron haciendo productos manufactureros de muy poco valor añadido gracias a una mano de obra barata; luego empezaron a fabricar relojes digitales y calculadoras; luego radios, televisores y aparatos de música, para luego fabricar productos de gran valor añadido y con importantes avances tecnológicos como coches, barcos, turbinas, ordenadores, software, etc.

Europa debe de inmediato adoptar las medidas necesarias para no perder el tren del siglo XXI y si no evitar la constitución de este nuevo eje, si al menos, formar uno alternativo o complementario que palíe la inevitable exportación de clase media que se va a producir de las economías europeas a las asiáticas con todos los costes de bienestar añadidos que traerá consigo, de desequilibrios políticos y sociales y por qué no de estabilidad geopolítica.