lunes, abril 25, 2005

China (2): la cuestión textil



El ingreso de China en la Organización Mundial de Comercio (OMC) y la liberalización del comercio mundial del sector textil que entro en vigor el uno de enero de este año es uno de los retos más importantes para las economías en las que áquel tiene especial significancia: así, España, Portugal, Francia, Italia y Lituania son los países a los que las exportaciones chinas y la caída de los precios de los productos puede afectar de manera más preocupante.


Pero estos temas en los que España y en especial Galicia y Cataluña se juegan decenas de miles de puestos de trabajo y que es la punta del iceberg de un imparable proceso comercial y económico en el que las trabajos y las industrias de escaso valor añadido están condenados a desaparecer parecen pasar inadvertidos para nuestros gobernantes y para la mayoría de los medios de comunicación, tan absortos ambos en estúpidas e inútiles cuestiones que poco o nada afrontan los problemas reales de un país al que se le acaban las ayudas europeas, demasiado dependiente de la construcción y del turismo y sin trazas de alcanzar la competitividad mínima necesaria para competir en un mercado liberalizado y global.

5 Comments:

Anonymous Anónimo said...

Lo mas importante para este gobierno es el matrimonio gay, tirar estatuas, regularizar inmigrante y la alianza de las civilizaciones, es mas importante que la educacion y la desaparición de nuestro tejido industrial.

7:03 p. m.  
Blogger Jessica said...

No parece muy coherente exigir a China que abandone el comunismo y entre el mundo capitalista (con todas sus normas, entre ellas el libre comercio), y la primera medida que tomemos cuando lo hace sea aprobar leyes proteccionistas.

Ahora nos asustamos del gigante asiático. ¿Para qué nos metemos en su forma de organizar económicamente el país? ¡Oh, Dios, he creado un monstruo!

¿O éso del libre mercado sólo sirve cuando somos nosotros los que queremos exportar?

Curiosa concepción del capitalismo, con forma de embudo.

Saludos:
Jéssica.

12:41 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

Estos acontecimientos hacen cambiar al mundo.
Esta claro que si me puedo comprar una blusa, y así lo he hecho, por tres euros en una tienda de chinos, ¿por que tendría que pagar 40 en El Corte Inglés. Misma calidad, misma hechura, etc.?
Nuestros empresarios están llevándose las fábricas a China.
La faz del mundo va cambiando.

4:20 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

Es la primera vez que escribo algo en un blogg.. pero este me pareció lo suficientemente interesante:

Todo lo que dices, Magallous, es cierto. Además, la solución debe empezar por una educación de ALTA calidad para alimentar y reconvertir las próximas empresas en centros de alto valor añadido. Este es el camino para todos los páises industrializados. No todas las empresas por supuesto,podrán deslocalizar sus centros de producción: Las cooperativas lecheras, por ejemplo, y otras industrias de productos perecederos.
El problema con China, es que juega con ventaja: atrae inversión extranjera por razones de todos conocidas y sin embargo limita muy mucho la salida de divisas, osea la rentabilidad económica directa de las inversiones.Los Chinos no son nada tontos, es gente (estereotipo) muy ambiciosa.

Por otro lado, debemos tener en cuenta que: si las industrias de consumo masivo como la textil y de las manufacturas de plástico en Europa y EEUU tienen una seria amenaza , a otras les llegará su turno más pronto que tarde.

Y una última reflexión: Hoy en día , en China, hay 40 millones de personas (por ahí anda la cifra)de multimillonarios, casi nada. Un goloso target para la industria del lujo occidental.

En fin: adaptarse y ganar o morir.

11:22 p. m.  
Blogger mangallous said...

Pues las nubarrones en el horizonte se hacen cada vez mas oscuras:

Publicado hoy en Expansion:

Se acelera la pérdida de competitividad de la economía española, que parte en seria desventaja respecto a los Doce, tanto en precios como en costes laborales unitarios. La evolución de la productividad es aún peor.

Ya no es sólo una amenaza. La pérdida de competitividad ha dejado de ser un peligro potencial para convertirse en una realidad que cada año merma más atractivo a la economía española en el exterior.

Hasta tal punto que, desde 1998 –año previo de la implantación oficial del euro, aunque la entrada en circulación llegaría en 2000– la pérdida acumulada de competitividad frente a los países de la zona del euro es del 12,5%, según recoge el estudio sobre la economía española que realiza el profesor del Instituto de Estudios Superiores de la Empresa (IESE), Rafael Termes, patrocinado por EXPANSIÓN. En comparación con los principales países desarrollados, España sale aún peor parada, ya que la cifra se eleva hasta el 13,2%.

El diagnóstico no es nuevo: los precios de consumo, los del sector industrial y los costes laborables unitarios crecen a un ritmo mucho más dinámico en España que en la zona del euro (ver cuadro). Y las diferencias se acrecientan con el paso del tiempo. Así, por ejemplo, antes de la entrada del euro el desfase en precios era del 0,4%; hoy, se acerca al 1%. Los costes laborales siguen una pauta aún más desalentadora: pasan del 0,6% de 2001 al 3,1% del año pasado.


Cada vez soy mas pesimista. Espero equivocarme.

Saludos

8:32 p. m.  

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