martes, marzo 08, 2005

¿Qué le pasa al Príncipe?




Que la vida de un Príncipe es dura lo sabe hasta Ernesto de Hanover. Madrugar, viajar, despachar con mandatarios extranjeros, recibir a deportistas que han ganado algo, ir a inaugurar fábricas, visitar nuevas instalaciones de periódicos, etc.

El hecho de llamar a alguien "el Príncipe" en vez de Felipe me resulta ridículo: cada vez que oigo esa expresión pienso que hablan de Maquiavelo. Son las incongruencias de algunas democracias a estas alturas de la historia: personas cuya principal tarea en su vida es engendrar descendencia que asegure la continuación de una determinada estirpe: no de una cualquiera, de la suya.

No importa el talento, ni los méritos, ni la inteligencia ni la bondad. Solamente la estirpe.

En la foto parece que a Felipe se le ha perdido algo. Será su razón de ser.

1 Comments:

Anonymous Anónimo said...

¿Y por qué no se pierde él?

12:35 a. m.  

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