martes, marzo 01, 2005

¿Es Amenábar "cine español"?

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Ayer, aprovechando que Alejandro Amenábar recogía el Oscar a la mejor película en habla no inglesa, se podían oir reflexiones del tipo "para que luego hablen de la crisis del cine español".

Reflexiones del todo equivocadas, ya que el cine del joven director es una rara avis dentro del panorama cinematográfico patrio: por temática, por presupuesto, por edad, por proyección, por marketing. Se podría decir que lo único de "cine español" que tiene es la nacionalidad de quien lo hace.

Amenábar, que puede ser discutido en cuanto a su creación en sí, sabe que tiene que realizar una obra que luego se pueda vender. Incluso tratando temáticas tan localistas como la del gallego Ramón Sanpedro que a la vez son tan universales. No hace cine como un ejercicio de onanismo pseudocultural para luego rasgarse las vestiduras porque nadie va a las salas a ver su película, sino como un producto que tiene que sacar al mercado y que tiene que ser lo suficientemente atractivo para que la gente vaya a verlo, pero no solo en Madrid o en Cádiz, sino también en París, Berlín, Los Angeles o Tijuana.

Elvira Lindo, creo que con acierto escribe hoy en El País, que "Lo que estos Oscars dejan claro es que América sabe retratarse a sí misma: es cierto que se hacen muy malas películas pero también lo es que cuando las hacen buenas son extraordinarias y que saben contar como nadie el alma de su sociedad. Dicen que Eastwood es conservador. No importa. Sus películas no lo son. La película que ha hecho no trata de boxeo, sino de pobreza y superviviencia. Los cineastas españoles que no admiren ese cine es que tienen los ojos cerrados. Amenábar tiene los ojos abiertos y el público americano está viendo su película y discutiendo sobre ella (...) Me viene a la cabeza un recuerdo embarazoso: estos oídos míos escucharon hace meses a un director español decir en NYC a los periodistas (españoles y americanos): "Queremos que los americanos vean nuestras películas porque en ellas aparecen personajes reales". Muchos de los que estábamos allí sentimos vergüenza ajena, porque una cosa es hablar de la distribución o del apoyo económico y otra muy distinta no darse cuenta que el cine americano es espejo, en muchas ocasiones, de la sociedad en la que nace."

La pérdida de espectadores del cine español no se frenará mientras no deje de mirarse al ombligo y empiece a hacer autocrítica. La proyección televisiva del anuncio de promoción del cine español de Antonio Resines, el niño y el bate de beisbol es directamente proporcional a los espectadores que ante la idea de ver una película española prefieran ver una americana.

...y por cierto, me alegro por Clint Eastwood...

11 Comments:

Blogger Fernando Meza said...

En Chile, en cambio, se hizo tanto cine con temas "chilenos" que terminó por cansar. Por eso, actualmente se están desarrollando otras temáticas, más comerciales.
Llegada la democracia en 1990, el cine nacional abordó casi exclusivamente el pasado reciente, la política, el drama. Algo necesario, sin duda, pero que a los pocos años terminó aburriendo.
Por eso, hoy han surgido nuevos cineastas que producen cine decididamente masivo.
Y no sé si esta tendencia será muy buena, pero por lo menos está llevando más público al cine, lo cual siempre es positivo para una industria emergente.

Saludos,

Fernando Meza.

10:05 p. m.  
Blogger mangallous said...

Supongo que se necesita un equilibrio y cierta variedad. Es cierto que el cine, como la literatura, suele responder ante ciertos acontecimientos: nos pasa aquí con la guerra civil, en USA con Vietnam y según cuentas tú en Chile con la época de la dictadura de Pinochet.

El problema es cuando estas temáticas se enquistan y no aportan nada nuevo.

Hooy en día creo que el cine latinoamericano ha adelantado por la izquierda al cine español a base de ideas nuevas, renovación e ingenio que redunda en que hoy vuestro cine es basicamente más atractivo.

11:42 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

Tendemos a caer en el error de ver el árbol y no el bosque. El antiamericanismo reinante en nuestro país impide reconocer que siguen siendo la meca del cine. Y que conste que el que les habla es muy crítico con los Estados Unidos, pero también le gusta el buen cine.

11:14 a. m.  
Blogger Masky said...

solo queria dar la enhorabuena por tu post, es genial

1:06 p. m.  
Blogger Masky said...

solo queria dar la enhorabuena por tu post, es genial

1:07 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

La etiqueta de "cine español" (que siempre odio cuando lo veo en los videoclubs, género: cine español) es tan fea como la de "cine americano", o esa de pa-ver-un-dia-de-resaca-está-bien, como dice tu amigo Dido. Las claves de por qué gusta Amenabar o por qué idolatran a Almodovar en USA son totalmente diferentes. Mientras que el pequeñito triunfa por su indudable facilidad para gustar-a-todo-el-mundo dando vueltas y reviravueltas al guión, al gordito lo consideran un "director europeo", y eso es sinónimo de buen gusto en Hollywood desde que llegaron Scorsese, Coppola y Spielberg en los 70 desde el este.
"No hace cine como un ejercicio de onanismo pseudocultural para luego rasgarse las vestiduras porque nadie va a las salas a ver su película". El problema del cine español no va por ahí. Es un argumento muy repetido pero de verdad que no lo entiendo. Aparte de Garci, que sí que se hace pajas mentales y muy cinéfilas rancias, la mayoría del cine que se hace aquí es todo lo contrario: comedias ligerísimas que intentan captar al público que le gustan las series. Los directores españoles más profundos fueron los más exportados históricamente y los más reivindicados (Berlanga, Bardem, Buñuelo y Erice). Así que va a ser cosa de ponerse trascendentes.
Al cine francés le pasa algo curioso. Abandonó el histórico rollo culturetas de su cine y ahora se volvió mucho más comercial (e inmensamente peor). En Francia se ve mucho cine francés, exportan más pero gustan menos fuera.

1:58 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

Estoy muy de acuerdo con el contenido de tu post.
Amenábar lo explicaba muy bien en su primera película Tesis, en la que ya apuntaba unas maneras impropias del cine de aquí y que presagiaba hasta dónde iba a llegar.
El cine es una industria que tiene un fin, captar al espectador.

En Europa, a los pseudointelectuales que se empeñan en que seamos un "espíritu puro" les parece repugnante mezclar arte y dinero, y mirando por encima del hombro, desprecian la manera americana. Como la Castilla de Machado, "desprecia cuanto ignora".

Pero la industria americana ha demostrado dos cosas, es capaz de hacer mejores películas desde el punto de vista artístico que la europea y es capaz de atraer más público. Ninguna película europea le llega a la suela del zapato a "Ciudadano Kane" o a "Casablanca", por poner dos ejemplos.
Se puede argumentar que muchos europeos han hecho ese buen cine, y es verdad, pero no son las personas las que fallan sino el modelo (y lo que está a su alrededor).

Si algunos fueran un poco más modestos deberían callar un poco y aprender más: El arte funciona mejor en el mercado.

Por cierto, puestos a verse reflejado, me veo más reflejado en una de las últimas películas de Eastwood (cuanto tiempo ha necesitado para ganarse el reconocimiento) que en una de Almodóvar.

5:26 p. m.  
Blogger mangallous said...

Cuando al espectador soberano se le dice "tienes que ver esto y no lo otro" se está sembrando lo justo para que te salga el tiro por la culata. Tratar al consumidor como menor de edad o regañarle cuando se comporta de una forma diferente a la que pretendidamente debiera, solamente conduce al fracaso: el tema de la musica, las discográficas y las descargas de mp3 es un caso parecido.

Y cada vez estoy más convencido tambien de que el arte funciona mejor en el mercado. Hubo una serie de articulos hace tiempo de Mario Vargas Llosa al respecto muy interesantes publicados por el diario El Pais.

El otro día pensaba en la cantidad de dinero que se gastan las autoridades locales para traer grandes orquestas sinfónicas, operas y ballets que despues solo disfruta una escasisima parte de la población que además, la mayor parte de las veces, no necesitaría estar subvencionada ya que tiene poder adquisitivo suficiente para poder pagar el precio completo de la entrada o del abono sin esa ayuda pública. O simplemente porque a mi como contribuyente me repele la idea de subvencionar a cierta burguesía los abonos del Auditorio de Santiago de Compostela o del Liceo de Barcelona...

...pero entonces se convertiría en un espectaculo solamente para gente con poder adquisitivo...equilibrio, equilibrio...un abono para ser socio del Madrid o del Deportivo o del Barcelona tambien cuesta muchos euros y sin embargo los campos se llenan en toda España todos los domingos...o no...

5:47 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

Lo mejor para mi del cine español es que nunca lo veo y no me importa.

7:05 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

Yo no entiendo demasiado de cine, pero creo que las cosas pueden sintetizarse y ser expuestas de manera bastante más simple. No he visto la peli de Amenábar, pero tengo la impresión de que si está donde está es por el mismo motivo por el cual otros han llegado. Porque es mejor que otros muchos haciendo lo que hace. El cine, como otras muchas expresiones (artísticas o no) de la cualidad humana, refleja las capacidades de quien lo hace. Uno que firma por ahí otro post coincidió conmigo en una ocasión en que la clave del exito de una película en el caso más común está en el guión. Un director que, además de escoger bien o redactar con talento sus guiones, es capaz de dirigir, realizar y editar bien (es decir, hacer la peli) aspira al éxito dentro y fuera de su país. Otra cosa es que de un mercado pequeño, joven y más limitado salgan menos artistas sobresalientes que de uno grande, más nutrido y maduro y económicamente más importante. Eso es lógico y es algo que podría tener hasta una explicación estadística. Amenábar hace cine español, con una temática que (al menos en esta ocasión) refleja la manifestación nacional de un probelma que trasciende nuestras fronteras (como el hambre y la pobreza trascienden las americanas). Seguramente bebe del agua de otros directores nacionales y foráneos, como tantos otros directores, españoles o no. Sencillalmente lo hace mejor (si la calidad del resultado se mide por su éxito). Que la tónica doméstica general sea la de negarse a admitir carencias y por tanto no corregirlas (o admitirlas y no saber superarlas) significa, entre otras cosas, que la media de calidad nacional está por debajo de la media de calidad norteamericana y que Amenáber probáblemente está más cerca de esta última (más cerca incluso que otros directores yanquis). Le ha pasado antes a otros directores españoles y no españoles, y Amenábar no será el último. Gasol juega en la NBA y se formó en la cantera del BarCa. Y es cierto que el cine como expresión cultural a veces es un bien que genera mercados en cierta medida diferenciados y territoriales, porque cosas como la lengua indudablemente condicionan, y que esos mercados pueden atravesar múltiples y diferentes ciclos. Pero el fondo brillante siempre supera las limitaciones formales, y más cuando la clave del producto es su aptitud para comunicar y transmitir: humor, tragedia, cultura...

4:47 a. m.  
Anonymous Anónimo said...

Salvatore, coincido contigo.

12:53 p. m.  

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