¡Es el mercado laboral, estúpidos¡
Didolanuit me envía este artículo de Walter Oppenheimer que no había tenido la ocasión de leer en el que diferentes analistas británicos creen que el proteccionismo causa la crisis francesa.
El NO francés y holandés va a tener al menos la virtud de poner sobre la mesa cuestiones que se intentaban obviar a pesar de que habían entrado en crisis hacía ya tiempo.
Didolanuit, que cuando aún no tenía edad para votar preguntaba quejumbroso en casa a sus progenitores por qué España no estaba en el Pacto de Varsovia, hoy se debate entre sus adolescentes lecturas de Vicenç Navarro y un visión liberal de la realidad que lo consume.
Que disfruten el artículo:
Entre los analistas británicos impera la opinión de que los problemas de paro y crecimiento en Francia no son consecuencia de las políticas de la Unión Europea, sino de las políticas proteccionistas de los sucesivos gobiernos franceses en materia social y más específicamente de un mercado laboral que se preocupa más por conservar los empleos existentes que por generar nuevos puestos de trabajo. Y recuerdan que en Europa no sólo existen los modelos anglosajón y franco-alemán, sino otros con éxito probado como el modelo nórdico, que combina la preocupación francesa por lo social con la flexibilidad laboral británica.
Pero por encima de la polémica intelectual, la frialdad de las cifras de la oficina estadística de la Unión Europea, Eurostat, refleja que el Reino Unido no sólo crece más que Francia, sino que crea más empleo, tiene mucho menos paro y, quizá más sorprendente, los costes laborales se han disparado, el diferencial de productividad se ha recortado de manera espectacular y los empleos a tiempo parcial no son un mal menor, sino una opción elegida. Quizá por eso la riqueza por habitante de los británicos, tomando como base que la media de la UE de 25 Estados es 100 unidades de poder de compra, ha pasado de 110,8 en 1996 a 118,8 en 2004, mientras que en Francia ha caído en ese mismo periodo desde 114,8 a 111,6.
Richard Whitman, jefe del programa europeo del Instituto Real de Asuntos Internacionales, subraya que "la caracterización del debate económico sólo entre dos modelos es simplificar las cosas en una Europa que es muy diversa". "El problema es que cuando las cosas llegan al nivel europeo, a menudo se interpretan como una elección entre más o menos liberalización, más o menos desregulación, lo que alimenta esa idea de que hay dos modelos que compiten entre sí".
Whitman admite que ésa es la percepción que tienen los franceses y que"a veces las percepciones son más importantes que la realidad". "En el caso de Francia, la percepción es que ha de elegir entre seguir siendo lo que es o encaminarse a la fuerza hacia una economía como la de EE.UU. Hay que presentarles una alternativa entre lo que no quieren perder y lo que no quieren aceptar. Hay muchos modelos en competencia en Europa". "En Francia y Alemania el gran problema es el paro. Hay una gran proporción de ciudadanos que están en el subsidio en lugar de estar empleados. Y cómo acabar con eso es algo que todavía no se ha abordado en Alemania y que aún no se ha abordado seriamente en Francia".
El paro llegó al 11,6% en Francia en 1996 y cayó al 8,4% en 2001. Pero desde entonces ha vuelto a subir y este año está por encima del 10%. En el Reino Unido estaba en el 10% en 1993 y ha ido cayendo hasta llegar a cifras por debajo del 5%. El paro entre los menores de 25 años superaba el 28% en Francia en 1997 y cerró 2002 con una tasa mejor, pero todavía enorme, del 22%. En el Reino Unido, en cambio, ha pasado del 17,6% en1993 a un más aceptable 12,1%.
"Los franceses parecen apegados sobre todo a un mercado de trabajo altamente regulado, pero tendrían que mirar el rendimiento de su propio mercado del trabajo", recomienda Philip Whyte, economista y experto en economía francesa y británica del Economist Intelligence Unit. "No está claro que para la gente de fuera de Francia sea un gran modelo a seguir. Los nórdicos combinan altos niveles de protección social; es decir, altos niveles de asistencia sanitaria, educación y reciclaje con una actitud bastante liberal hacia los mercados. Hay menos interferencia en los mercados en los países del norte de la que hay en Francia. La manera en que Francia se ha enfrentado al desempleo tradicionalmente ha sido dificultar el despido y la consecuencia de eso es que ha promovido la reticencia de las empresas a hacer nuevas contrataciones. Intentan persuadir a los jóvenes y a los mayores para que no entren en la fuerza de trabajo. Y lo que surge de eso es una alta tasa de desempleo combinada con una tasa relativamente baja de población activa comparada con los países nórdicos y anglosajones".
"Francia es un país estupendo para los que están en el meollo y terrible para los que están fuera. Si eres joven y con un bajo nivel educativo tienes muy pocas probabilidades de encontrar empleo. Si tienes una educación relativamente buena y trabajas en el sector público, puedes tener una vida bastante confortable. Si eres un conductor de la compañía ferroviaria te puedes retirar a los 50 después de 25 años de trabajo. Ese modelo no es sostenible y todo el mundo lo sabe, pero nadie tiene la valentía de introducir las reformas necesarias. Francia tiene todos esos niveles de protección que pueden parecer muy bien en la superficie pero ese modelo no prepara a nadie para trabajar o para trabajar más tiempo o para tener más gente trabajando".
Los indicadores de empleo a tiempo parcial revelan datos llamativos. El empleo a tiempo parcial es muy superior en el Reino Unido (en torno al 25% desde hace años) que en Francia (en torno al 16%). Pero mientras el 29% de los franceses empleados a tiempo parcial lo están de manera forzada, porque no consiguen un empleo a tiempo completo, ese ratio cae al 7% entre los británicos. Otro dato que ayuda a romper algunos mitos sobre la precariedad del empleo en el Reino Unido es que los costes laborales por hora han pasado de 14,4 euros en 1996 a 25,2 euros en 2002, muy cerca ya de los 26,9 euros por hora de Francia. Al mismo tiempo, aunque los ratios de productividad siguen siendo mejores en Francia, las distancias se han recortado de forma espectacular. Mientras en Francia la productividad por persona empleada ha declinado de 124,6 euros a 120,4 entre 1996 y 2004, en el Reino Unido ha aumentado de 102,3 a 108,2.
¿Es el modelo nórdico, con su combinación de protección social y flexibilidad laboral, una alternativa? En Finlandia, donde la caída de la Unión Soviética disparó el paro del 3,5% al 20% en sólo 18 meses, la riqueza por habitante ha pasado de 105 unidades de poder de compra en 1996 a 114 en 2004, el paro está ya por debajo del 9%, la tasa de empleo ha pasado del 61% al 68% y la economía creció el año pasado al 3,7%, más que el Reino Unido (3,1%) y que Francia (2%). En Suecia, los altos crecimientos de finales de los noventa fueron seguidos de una larga crisis, pero el año pasado el PIB creció al 3,5%, la tasa de empleo sigue por encima del 70%, el paro aumenta pero está en un modesto 6,3% y la riqueza por habitante crece de nuevo, aunque con modestia, y alcanzó las 115 unidades.
El NO francés y holandés va a tener al menos la virtud de poner sobre la mesa cuestiones que se intentaban obviar a pesar de que habían entrado en crisis hacía ya tiempo.
Didolanuit, que cuando aún no tenía edad para votar preguntaba quejumbroso en casa a sus progenitores por qué España no estaba en el Pacto de Varsovia, hoy se debate entre sus adolescentes lecturas de Vicenç Navarro y un visión liberal de la realidad que lo consume.
Que disfruten el artículo:
Entre los analistas británicos impera la opinión de que los problemas de paro y crecimiento en Francia no son consecuencia de las políticas de la Unión Europea, sino de las políticas proteccionistas de los sucesivos gobiernos franceses en materia social y más específicamente de un mercado laboral que se preocupa más por conservar los empleos existentes que por generar nuevos puestos de trabajo. Y recuerdan que en Europa no sólo existen los modelos anglosajón y franco-alemán, sino otros con éxito probado como el modelo nórdico, que combina la preocupación francesa por lo social con la flexibilidad laboral británica.
Pero por encima de la polémica intelectual, la frialdad de las cifras de la oficina estadística de la Unión Europea, Eurostat, refleja que el Reino Unido no sólo crece más que Francia, sino que crea más empleo, tiene mucho menos paro y, quizá más sorprendente, los costes laborales se han disparado, el diferencial de productividad se ha recortado de manera espectacular y los empleos a tiempo parcial no son un mal menor, sino una opción elegida. Quizá por eso la riqueza por habitante de los británicos, tomando como base que la media de la UE de 25 Estados es 100 unidades de poder de compra, ha pasado de 110,8 en 1996 a 118,8 en 2004, mientras que en Francia ha caído en ese mismo periodo desde 114,8 a 111,6.
Richard Whitman, jefe del programa europeo del Instituto Real de Asuntos Internacionales, subraya que "la caracterización del debate económico sólo entre dos modelos es simplificar las cosas en una Europa que es muy diversa". "El problema es que cuando las cosas llegan al nivel europeo, a menudo se interpretan como una elección entre más o menos liberalización, más o menos desregulación, lo que alimenta esa idea de que hay dos modelos que compiten entre sí".
Whitman admite que ésa es la percepción que tienen los franceses y que"a veces las percepciones son más importantes que la realidad". "En el caso de Francia, la percepción es que ha de elegir entre seguir siendo lo que es o encaminarse a la fuerza hacia una economía como la de EE.UU. Hay que presentarles una alternativa entre lo que no quieren perder y lo que no quieren aceptar. Hay muchos modelos en competencia en Europa". "En Francia y Alemania el gran problema es el paro. Hay una gran proporción de ciudadanos que están en el subsidio en lugar de estar empleados. Y cómo acabar con eso es algo que todavía no se ha abordado en Alemania y que aún no se ha abordado seriamente en Francia".
El paro llegó al 11,6% en Francia en 1996 y cayó al 8,4% en 2001. Pero desde entonces ha vuelto a subir y este año está por encima del 10%. En el Reino Unido estaba en el 10% en 1993 y ha ido cayendo hasta llegar a cifras por debajo del 5%. El paro entre los menores de 25 años superaba el 28% en Francia en 1997 y cerró 2002 con una tasa mejor, pero todavía enorme, del 22%. En el Reino Unido, en cambio, ha pasado del 17,6% en1993 a un más aceptable 12,1%.
"Los franceses parecen apegados sobre todo a un mercado de trabajo altamente regulado, pero tendrían que mirar el rendimiento de su propio mercado del trabajo", recomienda Philip Whyte, economista y experto en economía francesa y británica del Economist Intelligence Unit. "No está claro que para la gente de fuera de Francia sea un gran modelo a seguir. Los nórdicos combinan altos niveles de protección social; es decir, altos niveles de asistencia sanitaria, educación y reciclaje con una actitud bastante liberal hacia los mercados. Hay menos interferencia en los mercados en los países del norte de la que hay en Francia. La manera en que Francia se ha enfrentado al desempleo tradicionalmente ha sido dificultar el despido y la consecuencia de eso es que ha promovido la reticencia de las empresas a hacer nuevas contrataciones. Intentan persuadir a los jóvenes y a los mayores para que no entren en la fuerza de trabajo. Y lo que surge de eso es una alta tasa de desempleo combinada con una tasa relativamente baja de población activa comparada con los países nórdicos y anglosajones".
"Francia es un país estupendo para los que están en el meollo y terrible para los que están fuera. Si eres joven y con un bajo nivel educativo tienes muy pocas probabilidades de encontrar empleo. Si tienes una educación relativamente buena y trabajas en el sector público, puedes tener una vida bastante confortable. Si eres un conductor de la compañía ferroviaria te puedes retirar a los 50 después de 25 años de trabajo. Ese modelo no es sostenible y todo el mundo lo sabe, pero nadie tiene la valentía de introducir las reformas necesarias. Francia tiene todos esos niveles de protección que pueden parecer muy bien en la superficie pero ese modelo no prepara a nadie para trabajar o para trabajar más tiempo o para tener más gente trabajando".
Los indicadores de empleo a tiempo parcial revelan datos llamativos. El empleo a tiempo parcial es muy superior en el Reino Unido (en torno al 25% desde hace años) que en Francia (en torno al 16%). Pero mientras el 29% de los franceses empleados a tiempo parcial lo están de manera forzada, porque no consiguen un empleo a tiempo completo, ese ratio cae al 7% entre los británicos. Otro dato que ayuda a romper algunos mitos sobre la precariedad del empleo en el Reino Unido es que los costes laborales por hora han pasado de 14,4 euros en 1996 a 25,2 euros en 2002, muy cerca ya de los 26,9 euros por hora de Francia. Al mismo tiempo, aunque los ratios de productividad siguen siendo mejores en Francia, las distancias se han recortado de forma espectacular. Mientras en Francia la productividad por persona empleada ha declinado de 124,6 euros a 120,4 entre 1996 y 2004, en el Reino Unido ha aumentado de 102,3 a 108,2.
¿Es el modelo nórdico, con su combinación de protección social y flexibilidad laboral, una alternativa? En Finlandia, donde la caída de la Unión Soviética disparó el paro del 3,5% al 20% en sólo 18 meses, la riqueza por habitante ha pasado de 105 unidades de poder de compra en 1996 a 114 en 2004, el paro está ya por debajo del 9%, la tasa de empleo ha pasado del 61% al 68% y la economía creció el año pasado al 3,7%, más que el Reino Unido (3,1%) y que Francia (2%). En Suecia, los altos crecimientos de finales de los noventa fueron seguidos de una larga crisis, pero el año pasado el PIB creció al 3,5%, la tasa de empleo sigue por encima del 70%, el paro aumenta pero está en un modesto 6,3% y la riqueza por habitante crece de nuevo, aunque con modestia, y alcanzó las 115 unidades.
4 Comments:
Te demandaré, o peor aún, te enviaré a las Checas, y tendrás tu Kolyma particular, (lo sé, es otro tema recurrente, pero es que tengo una crisis de fe, estoy abducido por Rosa Montero)
Dido, tú vives en una permanente crisis de fe.
Eso es verdad, me cago en dios, que diría el dramaturgo...
Mangallous tío, deja de hacer caso a lo que te dé Didolanuit, y vuelve la mirada de nuevo hacia la sabiduría de Amando y tu ancestro Carballous. Más abajo Salvatore dejó un post firmado por Santiago Calatrava que lo que venía a decir es precisamente esto que este artículo ilustra con números. Y Dido lo del Pacto de Varsovia lo decía porque ya entonces era un romántico...cegado por su amor hacia Faneca y la estropajo.
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