¿Eres tu John Wayne o lo soy yo?
Como cantaba el Duque de Mantua en Rigoletto "La donna é movile cual piuma al vento". Aunque prefiero, por cuestiones de adaptación, la pregunta de Los Enemigos: ¿Es la donna movile o lo soy yo?
La cuestión carece de importancia. Qué más da. Nos hemos encontrado en este punto del camino y es lo que importa. Elvira Lindo está diseccionando de manera silenciosa a través de sus últimas columnas en El País, posiblemente ayudada por la nueva perspectiva que ha adquirido en su ya larga estancia en NYC...quien la ha visto y quien la ve...del localismo sin gracia de Manolita Gafotas en las afueras de Madrid a ser una asidua a las tiendas de la calle 42...una nueva realidad sociopolítica que es estira y despereza abriendo los brazos y haciendose un espacio vital entre los dos colosos políticos que no abrigan, amparan o albergan una nueva manera o forma de pensar.
Que hable la Lindo:
Hagámoslo a la manera americana. Levantémonos de la mesa del gran banquete nacional y animados por el alcohol de la comida actuemos como actúan los comensales borrachos, sin medir lo que dicen. Alcemos la copa, aproximemos el micrófono a los labios y empecemos diciendo: enhorabuena, enhorabuena a todos de corazón. Enhorabuena a los nacionalistas que han tenido la habilidad de tener a un país veinticinco años en jaque, y lo que te rondaré; enhorabuena a los socialistas, que nos hicieron cambiar tantas veces de opinión, ¡olé su arte! A veces nos animaron a criticar a los nacionalistas, apelando a la idea intrínsecamente solidaria del pensamiento de izquierdas, y ahí estuvimos en primera fila, pero luego, ay, luego, se produjo un cambio y tildaron de carcas a los que no veían en el nacionalismo la corriente de los nuevos tiempos; enhorabuena a la derecha que echa mano del discurso más agresivo para no correr el peligro de que gente razonable les tenga la más mínima simpatía; enhorabuena a los que escribimos porque nos hemos alineado en uno u otro equipo con una fidelidad y una vehemencia que parece que estemos siempre en la final de un campeonato de futbito; enhorabuena a los que saben decir lo que su clientela cautiva está esperando; enhorabuena también a la clientela, que desea que el partido al que vota dirija sus opiniones; enhorabuena a los que desean que los periodistas estén al servicio del equipo A o del equipo B. Enhorabuena, está prácticamente conseguido. Enhorabuena porque así todo es mucho más sencillo. Si eres del equipo A tienes el compromiso de asustar de vez en cuando con el peligro de la derecha franquista; si eres del B, con el de la desintegración de España. Y luego te bajas a tu bar, que también es de tu equipo, a que tus colegas te den palmetazos en la espalda de reconocimiento. Lo que es de tontos es no estar suscrito a ninguno de los dos equipos. ¿Qué consigue uno con eso? El vacío existencial. Los del B no te han querido nunca, y los del A, que son los tuyos, están hartos de que pongas tantas pegas. A veces se te quedan mirando fijamente y te dicen: "Es que hay gente que no sabe de qué vas". Es increíble, inaudito, lo dicen como si te estuvieran señalando un defecto.
Enhorabuena. Elvira Lindo. El País.
La cuestión carece de importancia. Qué más da. Nos hemos encontrado en este punto del camino y es lo que importa. Elvira Lindo está diseccionando de manera silenciosa a través de sus últimas columnas en El País, posiblemente ayudada por la nueva perspectiva que ha adquirido en su ya larga estancia en NYC...quien la ha visto y quien la ve...del localismo sin gracia de Manolita Gafotas en las afueras de Madrid a ser una asidua a las tiendas de la calle 42...una nueva realidad sociopolítica que es estira y despereza abriendo los brazos y haciendose un espacio vital entre los dos colosos políticos que no abrigan, amparan o albergan una nueva manera o forma de pensar.
Que hable la Lindo:
Hagámoslo a la manera americana. Levantémonos de la mesa del gran banquete nacional y animados por el alcohol de la comida actuemos como actúan los comensales borrachos, sin medir lo que dicen. Alcemos la copa, aproximemos el micrófono a los labios y empecemos diciendo: enhorabuena, enhorabuena a todos de corazón. Enhorabuena a los nacionalistas que han tenido la habilidad de tener a un país veinticinco años en jaque, y lo que te rondaré; enhorabuena a los socialistas, que nos hicieron cambiar tantas veces de opinión, ¡olé su arte! A veces nos animaron a criticar a los nacionalistas, apelando a la idea intrínsecamente solidaria del pensamiento de izquierdas, y ahí estuvimos en primera fila, pero luego, ay, luego, se produjo un cambio y tildaron de carcas a los que no veían en el nacionalismo la corriente de los nuevos tiempos; enhorabuena a la derecha que echa mano del discurso más agresivo para no correr el peligro de que gente razonable les tenga la más mínima simpatía; enhorabuena a los que escribimos porque nos hemos alineado en uno u otro equipo con una fidelidad y una vehemencia que parece que estemos siempre en la final de un campeonato de futbito; enhorabuena a los que saben decir lo que su clientela cautiva está esperando; enhorabuena también a la clientela, que desea que el partido al que vota dirija sus opiniones; enhorabuena a los que desean que los periodistas estén al servicio del equipo A o del equipo B. Enhorabuena, está prácticamente conseguido. Enhorabuena porque así todo es mucho más sencillo. Si eres del equipo A tienes el compromiso de asustar de vez en cuando con el peligro de la derecha franquista; si eres del B, con el de la desintegración de España. Y luego te bajas a tu bar, que también es de tu equipo, a que tus colegas te den palmetazos en la espalda de reconocimiento. Lo que es de tontos es no estar suscrito a ninguno de los dos equipos. ¿Qué consigue uno con eso? El vacío existencial. Los del B no te han querido nunca, y los del A, que son los tuyos, están hartos de que pongas tantas pegas. A veces se te quedan mirando fijamente y te dicen: "Es que hay gente que no sabe de qué vas". Es increíble, inaudito, lo dicen como si te estuvieran señalando un defecto.
Enhorabuena. Elvira Lindo. El País.
1 Comments:
Enhorabuena Mangallous, pero a ver cuándo escribes algo sobre la plusvalía, que es lo que más me interesa en este momento.
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