Alcohol y demagogia
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En la cena del sábado, segunda de la temporada primavera/verano en terraza a la luz de la luna, tras los postres y antes de las copas, se inició una interesante discusión sobre la ministra de vivienda, su dúplex, su despacho, los treinta metros y todo el embrollo consecuente.
Unos defendían que tanto la actitud del diario El Mundo publicando los planos y planes del ministerio de vivienda para remodelar el despacho de su titular como toda recriminación de los planes de promover viviendas de treinta metros cuadrados para solucionar determinados problemas "habitacionales" (como les gusta denominar a la bicha) utilizando como argumento reforzador de la idea los gastos en concepto de decoración que se van a llevar a cabo en el despacho de la ministra, eran un ejercicio de demagogia.
Otros creíamos que, aun a pesar de que la portada de El Mundo nos parecía carente de cualquier interés informativo, era consecuencia de un revuelo provocado por un problema mal resuelto, en mal momento y de un modo inapropiado, y que conociendo la línea informativa de dicho medio no nos extrañaba. Y además que lo que nos parecía demagógico era la creación de un ministerio -como consecuencia de una promesa electoral - que ha devenido totalmente inútil, vacío de contenido e incapaz de resolver el problema preexistente para el que fue creado.
La Real Academia de la Lengua define demagogia como:
1. f. Práctica política consistente en ganarse con halagos el favor popular.
2. f. Degeneración de la democracia, consistente en que los políticos, mediante concesiones y halagos a los sentimientos elementales de los ciudadanos, tratan de conseguir o mantener el poder.
A Uds. es posible que les pueda sorprender pero en nuestro grupo de amigos las copas jamás han derivado en conductas agresivas, casi nunca melancólicas y raramente groseras, sino que favorece el debate más variado (principalmente político, pero también futbolístico, televisivo, económico, cinéfilo y unos cuantos temas más). ¿Acaso la principal característica del alcohol no es perder el miedo a "echar la lengua a pacer"?
En la cena del sábado, segunda de la temporada primavera/verano en terraza a la luz de la luna, tras los postres y antes de las copas, se inició una interesante discusión sobre la ministra de vivienda, su dúplex, su despacho, los treinta metros y todo el embrollo consecuente.
Unos defendían que tanto la actitud del diario El Mundo publicando los planos y planes del ministerio de vivienda para remodelar el despacho de su titular como toda recriminación de los planes de promover viviendas de treinta metros cuadrados para solucionar determinados problemas "habitacionales" (como les gusta denominar a la bicha) utilizando como argumento reforzador de la idea los gastos en concepto de decoración que se van a llevar a cabo en el despacho de la ministra, eran un ejercicio de demagogia.
Otros creíamos que, aun a pesar de que la portada de El Mundo nos parecía carente de cualquier interés informativo, era consecuencia de un revuelo provocado por un problema mal resuelto, en mal momento y de un modo inapropiado, y que conociendo la línea informativa de dicho medio no nos extrañaba. Y además que lo que nos parecía demagógico era la creación de un ministerio -como consecuencia de una promesa electoral - que ha devenido totalmente inútil, vacío de contenido e incapaz de resolver el problema preexistente para el que fue creado.
La Real Academia de la Lengua define demagogia como:
1. f. Práctica política consistente en ganarse con halagos el favor popular.
2. f. Degeneración de la democracia, consistente en que los políticos, mediante concesiones y halagos a los sentimientos elementales de los ciudadanos, tratan de conseguir o mantener el poder.
A Uds. es posible que les pueda sorprender pero en nuestro grupo de amigos las copas jamás han derivado en conductas agresivas, casi nunca melancólicas y raramente groseras, sino que favorece el debate más variado (principalmente político, pero también futbolístico, televisivo, económico, cinéfilo y unos cuantos temas más). ¿Acaso la principal característica del alcohol no es perder el miedo a "echar la lengua a pacer"?
1 Comments:
...por eso utilicé el advervio raramente...a los veintitantos todo es más relativo...
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