lunes, abril 11, 2005

La gran Cruzada




La cada día más calamitosa ministra de cultura presentó la semana pasada el Plan Integral Antipiratería aprobado por el Gobierno.

Cual Juana de Arco , oyendo voces tipo Pilar Bardem, Miguel Ríos, Alex Ubago o Marta Sánchez, mediocres autores, actores y cantantes, erigidos o autoproclamados prohombres o promujeres (según la nueva moda estúpido-léxica de nuestros políticos empeñados en que se les reconozca como analfabetos gramaticales pero considerados con el sexo femenino, más que por sus obras y medidas por su aberrante utilización del lenguaje) que al modo de coro griego o sanedrín, ora susurran ora vociferan por una justicia que les es negada por la razón común pero atendida rauda y explícitamente por la ministra de cultura que embarca en esta aciaga cruzada al gobierno de la cuota en un ejercicio de seudoprogresía, en tanto en cuanto pretenden criminalizar y reprimir un nuevo modelo de desarrollo empresarial y cultural facilitado por un imparable nuevo medio que se niegan a comprender.

Acabo de leer la siguiente declaración de principios de Juan Varela, autor de periodistas21, en una especie de carta abierta a la cual me adhiero de alfa a omega.

No somos piratas. Queremos y respetamos la cultura. La hacemos todos los días. Componemos, escribimos, hablamos, citamos, fotografiamos, pintamos, reconocemos los derechos de los demás. Compartimos nuestros derechos con licencias de uso abierto. Probamos para elegir y compramos lo que nos gusta y nos parece de calidad. Vamos a conciertos y a museos, a pie o virtuales. Vemos cine a raudales, en butaca tradicional, en la tele, en vídeo, en DVD, en el ordenador. Leemos, leemos y escuchamos.

Nos tiramos horas poniendo cosas en la Red, unos sus ideas, otros sus conocimientos, otros construyen plataformas para relacionarse, muchos mejoran las herramientas informáticas de otros.Somos una sociedad de autores.

Nos entristece ver las bibliotecas desabastecidas, muchas con libros de descarte donados generosamente por editores e instituciones. Nos avergüenza oír a músicos vocingleros entregados al marketing y a productores de éxitos de lista tramposa dando clases de solidaridad. A los ejecutivos y señores de la industria hablando de diversidad cultural.

¿Cuándo ha habido más diversidad cultural, más voces? ¿Cuándo más gente ha puesto su trabajo y su obra a disposición de los demás?No se les ocurre otra cosa que reprimir (nota de prensa, pdf), que intentar que todo siga igual, que nada cambie. Discípulos del gatopardo.

Estamos contra las mafias de la copia indiscriminada que se aprovechan a la vez del trabajo de los creadores y de la desesperación de muchos inmigrantes, pero también contra quienes han encerrado la cultura en el celofán y el código de barras de los grandes almacenes.No somos piratas, señora ministra de Cultura. No tiramos nada por los suelos, señora vicepresidenta, no se esfuerce con los ripios para dar titulares.

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