Papanatismo informativo
Paradójicamente cuantos más medios de comunicación cubren un acontecimiento y cuantos más recursos se emplean en este seguimiento, mayor es la uniformidad del mensaje que transmiten y más estrechos son los puntos de vista que se ofrecen.
Las últimas guerras, algunas narradas en auténtico tiempo real, fueron las precursoras en estos comportamientos mediáticos y sobre todo ideológicos. El triunfo de la uniformidad informativa instrumentalizada como vía de propagación ideológica y política.
La muerte del Papa ha sido la culminación de esta tendencia. Veinte mil camaras ofreciendo un único enfoque y veinte mil voces repitiendo de manera monocorde un mismo mensaje.
Malos tiempos para el pensamiento libre y crítico. La muerte como obligatorio momento de elogio y silencio de la crítica. Malos tiempos para la lírica.
Mercedes Odina acierta de nuevo cuando mantiene que "es esta nueva naturalidad eléctrónica de la aldea global la que ha facilitado la aparición de una actualidad monolítica gracias a la práctica sistemática de una ley no escrita de igualdad según la cual se tiende a hablar de algo porque todo el mundo habla de ello. Sobre eso hay poco que añadir; está claro que en un mundo crecientemente interconectado los criterios de actualidad tienen por fuerza que reflejar un amplio margen de coincidencia. Sin embargo, el análisis no tiene por qué ser coincidente".
El seguimiento de la masa siempre ha sido una buena alternativa para no equivocarse solo, pero como consecuencia trae consigo un inevitable empobrecimiento del pensamiento y rara vez una resultado brillante.
2 Comments:
Te decía, apreciado Mangallous, y así te lo vuelvo a exponer ahora públicamente en esta sección, que habrá que prepararse para la de milagros que se nos vienen encima a cuenta de la santidad del nuevo Papa Magno, y que acaso se requeriría un seguimiento de esa mirífica senda iniciada ya con tres testimonios, tres, en las personas de un niño canceroso, un atleta paralímpico y un cardenal tocados por la gracia del finado pontífice.
Tengo entendido, sin embargo, que no basta con que el tacto papal haya curado en vida, sino que lo suyo o lo que hace al caso para subir a los altares es que su influencia proceda del más allá, algo para lo que de momento no parece creíble que haya tenido tiempo material por mucha y urgida diligencia que sus fans quieran prestarle al caso.
Yo no sé qué pensarás tú pero con esa actitud ranciamente retrospectiva me temo que a la católica iglesia siguen sin asomarle intenciones de modernidad, de instalación y acomodamiento en la realidad viva de nuestro mundo. Empeñarse en hacer de la sucesión de Juan Pablo II un inicial tránsito por la milagrería es como para dudar de toda posibilidad de agiornamento.
Te propongo rastrear las miríficas noticias que puedan producirse en los próximos meses, pues si es mucha la prisa para darle a Su Santidad doble idem es de temer que se acumulen los portentos.
Estaremos atentos.
Desde luego, creo que milagros no faltarán.
Pero frete a la visión que la Iglesia pueda ofrecer, yo me concentraría en el punto de vista de Milenio 3, que es mucho más entretenido y con toda seguridad mucho más rigurosa.
(Ya se sabe que en esto de los fenomenos parasicológicos como en la tierra de los ciegos, el tuerto es el rey)
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