La agotadora política de gestos

José Luis Rodríguez Zapatero, recibió en el Palacio de La Moncloa al secretario general de la ONU, Kofi Annan, y planificaron la creación de un "grupo de sabios" para poner en marcha de la "alianza de civilizaciones" que el presidente del Gobierno español ha propuesto a Naciones Unidas.

Otro comité que supongo irá acompañado por otra condecoración como es preceptivo en este gobierno.

Que adulación y respeto por los sabios. Ni en la antigua Grecia. Es la muerte de la política como tal: la res pública en manos de sabios y tecnócratas.

Y mientras Zapatero redunda en su grandilocuencia, el presidente del Congreso se desespera ante la falta de apoyo de los suyos ante algunas actitudes de sus señorías nacionalistas en el hemiciclo.

Zapatero se confunde: los grandes estadistas del siglo XX no pasaron a la posteridad por su simpatía ni por su talante, sino por tomar decisiones difíciles e impopulares que con perspectiva fueron reconocidas y valoradas por todos o por conducir a sus pueblos en momentos difíciles al margen de sus propias ideas partidistas.

Hemos pasado de un Aznar que descuidó absolutamente todas las formas hasta llegar a una irascibilidad y menosprecio por todo aquello que no coincidia de pleno con su manera de ver la realidad a esta agotadora política de gestos.

La política de gestos es rentable electoralmente a corto plazo, pero a medio plazo es desastrosa.

La educación, la sanidad, la economía, el empleo, la seguridad, la competitividad requieren mucho más que una sonrisa y un eslogan.