domingo, febrero 27, 2005

Una paloma en un nido de halcones



Colin Powell, el exsecretario de Estado norteamericano, ha sido postulado para el premio Nobel de la Paz por su empeño en solucionar el enfrentamiento civil en Sudán que dura ya más de dos décadas y que ha dado lugar a un genocidio en Darfur que las autoridades europeas prefieren calificar de "matanza" para no verse obligadas a una intervención militar: ya saben, venus y marte.

Colin Powell, de padres jamaicanos emigrados a la Gran Manzana, nació en el conflictivo South Bronx neoyorquino y tras una exitosa carrera militar que se prolongó 35 años se integró en el primer gobierno Bush a finales del año 2000 como secretario de Estado, el ministro de exteriores estadounidense.

Cuatro años difíciles para un militar progresista - dentro de los parámetros americanos - formando parte de una administración republicana dominada por los Cheney, Rumsfeld o Wolfowitz.

Estados Unidos como sinónimo de paradoja. Un exmilitar negro, defendiendo en el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas argumentaciones a la postre falsas elaboradas por sus colegas conservadores, es la cabeza de turco en la renovación de una administración reelegida a pesar de todo lo acaecido.

Para un segundo mandato en clave multilateral se prescinde del mejor aliado de Europa. El chico negro de South Bronx es sustituido por la chica negra de Alabama nacida en plena época de disturbios raciales. Paradojas para que continúe vivo el sueño americano.