martes, febrero 15, 2005

Sobre la historia natural de la destrucción

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La segunda película que no perderé y que se estrena próximamente es "El hundimiento" (Der huntergang) de Olivier Hirschbiegel.

Protagonizada por Bruno Ganz, narra los últimos días de Hitler bajo en bombardeo de Berlín y el final del sueño hitleriano de los mil años del tercer Reich. Las crónicas dicen que ver la interprestación del actor aleman pone los pelos de punta. Hitler es un personaje que había sido llevado en otras ocasiones al cine, pero en este caso la película es alemana lo que conlleva de algún modo que este país, a través de una producción propia, se enfrente a sus demonios.

La herida del nazismo no está curada del todo: aun hay gente viva que padeció aquella etapa brutal de la historia y, de todos modos, solamente hace 60 años de todo aquello. Solo 60 años. El estreno de la película en España coincide con la conmemoración del bombardeo aliado sobre la ciudad de Dresde, fecha simbólica que ha sido aprovechada por grupos neonazis para salir a la calle para hacernos ver a todos que todavía están ahí (en el lander de Sajonia tienen más del nueve por ciento de los votos).

W.S. Sebald , el escritor aleman autor de la premiada novela Austelitz, publica en 1999 el ensayo "Sobre la historia natural de la destrucción" (Luftkrieg und Literratur) publicado en España por Anagrama cuatro años más tarde. Sebald analiza otra herida abierta en la sociedad alemana y que no ha sido abordada en profundidad por casi nadie sobre todo por un excesivo complejo de culpa como pueblo: el bombardeo aliado sobre ciudades alemanas más allá de lo estrictamente necesario para ganar la guerra.

El tema es peliagudo, pero Sebald lo encará con valor. "Sebald investiga a fondo este ominoso silencio, las consecuencias universales de la negacion del pasado. Examina viejas y piadosas interpretaciones que vienen de lejos y las sustituye por incómodas, pero necesarias, verdades."

Sebald arremete contra gran parte de los autores alemanes de su generación y de la anterior a la hora de abordar este tema. Y la pregunta qué flota en el aire es, por supuesto sin cuestionar el mal y la destrucción que generó el ejército alemán, quién tiene el derecho a atribuirse el papel de víctima.

Y es que la vida y la realidad siempre tienen muchas aristas. Hasta Hitler en la película de Hirschbiegel parece humano.

No se la pierdan.